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Tráfico implacable: la lucha contra los tapones en el Gran Santo Domingo

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Nacional I RD

 Cada mañana, al dar las 7:00 a.m., las vías de acceso hacia la capital se sumergen en un caos vehicular que desafía toda lógica. Un trayecto que normalmente llevaría unos breves 15 minutos puede extenderse más allá de la hora. Los tapones de tráfico, como se les conoce localmente, parecen no tener consideración por los días ni los horarios, convirtiéndose en un flagelo constante para los habitantes del Gran Santo Domingo.

Incluso el cierre del año escolar, que suele traer consigo un alivio momentáneo en la movilidad, no es suficiente para aligerar la carga vehicular en esta región. A medida que el sol se alza en el horizonte, el caos se desata en las arterias principales que enlazan el Distrito Nacional con la provincia Santo Domingo. Cada día, un asombroso total de 3 millones 97 mil 106 viajes se realizan en estas demarcaciones, lo que exacerba la congestión vehicular.

Estos tapones no solo desafían la paciencia de los ciudadanos, sino que también los exponen a niveles elevados de ansiedad y estrés. El Plan de Movilidad Urbano y Sostenible para el Gran Santo Domingo (PMU) calcula que, en promedio, cada ciudadano pierde alrededor de 1 hora y 15 minutos en cada viaje, acompañado de un gasto de RD$55.00. La esperanza se posa en las soluciones viales que están en proceso de implementación en puntos estratégicos y en la expansión de la red de transporte público masivo.

Dentro de estas medidas, se destacan la ampliación y mejora de puntos cruciales como la autopista Juan Pablo Duarte y la construcción de la marginal Los Alcarrizos. Sin embargo, la apuesta más grande se encuentra en la construcción de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo, que conectará con Los Alcarrizos y se espera que esté en funcionamiento a principios de 2024. Complementando esta línea, el Teleférico Los Alcarrizos, inaugurado recientemente, busca aliviar la congestión en la región.

La introducción de corredores de autobuses en las rutas centrales del Gran Santo Domingo también está marcando una diferencia tangible en la reducción del tráfico en las áreas más afectadas. Tres de los 16 corredores planificados ya están en operación: Núñez de Cáceres, Winston Churchill y Charles de Gaulle.

Sin embargo, no todas las soluciones han sido exitosas. La falta de integración del transporte público ha resultado en un tráfico abrumador. Aunque se contemplaba la creación de terminales de autobuses como parte del Plan de Movilidad Sostenible 2017-2020, solo una de las cuatro planeadas se ha materializado. Esta terminal en Santo Domingo Este, originalmente destinada a movilizar a 10,500 pasajeros, ahora funciona como un centro de capacitación.

Además, proyectos como la parada interurbana del Cibao y la expansión del Metro aún se encuentran en proceso de estudio y consulta. En paralelo, la construcción de cuatro puentes busca aliviar la congestión en las áreas este y norte de la capital. Estos esfuerzos son cruciales para proporcionar un respiro a los ciudadanos que enfrentan diariamente el atasco en las vías principales.

En última instancia, las soluciones viales y de transporte público en desarrollo apuntan a liberar al Gran Santo Domingo de los tapones persistentes que han obstaculizado la movilidad y la calidad de vida de sus habitantes. Aunque los desafíos son notables, la esperanza reside en que estas medidas transformadoras finalmente abrirán paso a un flujo de tráfico más fluido y a una experiencia de desplazamiento menos estresante para todos.

Fuente: El Caribe

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