Vasos, platos y cubiertos hechos de plástico de un solo uso son omnipresentes en muchos negocios de Puerto Rico, donde la prohibición de este material, prevista para este verano, corre el riesgo de ser aplazada pese a su impacto en el medioambiente y la salud pública.
El futuro de los plásticos de un solo uso ha enfrentado en este mes de enero a las organizaciones ambientalistas con las asociaciones de comerciantes y restaurantes, que abogan por posponer la entrada en vigor de la Ley 51-2022, justificándose en el retraso gubernamental en la publicación del debido reglamento.
Los escasos avances realizados desde que hace dos años se aprobó esa legislación que prohíbe el expendio y utilización del plástico de un solo uso han llevado al senador Albert Torres a presentar el Proyecto 1374 para retrasar su implementación hasta el 1 de julio de 2026.
“Por un lado, los comerciantes han estado llevando un mensaje de que se retrase, de que no están listos, de que esto va a tener un costo y, por otro lado, (vemos) la negligencia y la impericia de estas agencias de Gobierno que no han asumido el rol que les mandata la ley”, dijo en una entrevista con EFE Ingrid Vila, presidenta de la organización ambientalista CAMBIO.
“Se juntan los dos elementos para justificar o tratar de justificar un proyecto de ley que propone aplazar por dos años la medida y, para nosotros, eso no es aceptable”, subrayó la presidenta de CAMBIO, que coordina la propuesta multisectorial Generación Circular.
En la misma línea, la líder ambientalista Myrna Conty criticó durante una reciente vista pública en el Senado que los opositores a la medida están usando “las mismas excusas” que hace dos años y que todavía hay tiempo para hacer la transición porque no se impondrían multas hasta pasados 6 meses de la entrada en vigor de la ley.
En opinión de Vila, “Puerto Rico no aguanta el tener dos años más generando plásticos de un solo uso que acaben en vertederos”, sean legales o clandestinos, porque “el material tóxico que genera este tipo de plástico” impacta la salud de la población y el medioambiente.
Al eventual retraso de la prohibición de los plásticos de un solo uso se suma que la Ley 70 de reciclaje, promulgada en 1992, ha sido ignorada durante décadas.