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La combinación del número 13 y el día viernes es fruto de antiguas creencias religiosas, históricas y culturales que se afianzan hoy en la psicología colectiva.
La superstición del viernes 13 proviene de la fusión de dos símbolos cargados de connotación negativa: el número 13 y el día viernes. Según el antropólogo Phil Stevens, la combinación evoca la traición—Judas era el decimotercer comensal en la Última Cena—y la muerte de Jesús un viernes, lo que cataloga esta fecha como “un doble golpe simbólico” para la cultura occidental.
Desde tiempos antiguos, el número 13 rompía la perfección del 12 en la mitología y la religión—12 apóstoles, 12 meses, 12 signos del zodiaco—y se convirtió en símbolo de desequilibrio o fin. Paralelamente, el viernes, día de crucifixión de Cristo, ya poseía una carga negativa, exacerbada por relatos bíblicos como el castigo a Eva o el asesinato de Abel.
El mito se reforzó en la Edad Media con el arresto masivo de los Caballeros Templarios el viernes 13 de octubre de 1307, un acontecimiento dramático que fue asociado como el origen real de la maldición. En su evolución cultural, este prejuicio fue amplificado por novelas (como Viernes 13 de Thomas Lawson) y la saga cinematográfica Friday the 13th, que consolidaron el carácter siniestro del día.
A pesar de carecer de base científica, la superstición persiste gracias a fenómenos como la parascevedecatriafobia (miedo al viernes 13) y el refuerzo cultural tras eventos traumáticos que coincidieron con esta fecha. Aunque en países latinos se vive más el “martes 13”, el viernes 13 sigue arraigado globalmente como día de precaución y recelo emocional.
Fuente: Diario Libre