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El aumento del precio de la gasolina, como consecuencia de
la invasión rusa de Ucrania, ha generado preocupación en todo el globo, y está
ahondando el problema inflacionario que afecta a muchas de las economías del
mundo; potencias mundiales se han visto en la necesidad de tomar medidas descontroladas para mantenerse, caso contrario a la República Dominicana que ha sabido mantenerse a través de subsidios y buen gobierno.
En Estados Unidos, los precios promedio de la gasolina, que
han saltado al nivel de 5 dólares por galón, están agobiando a los consumidores
y se han convertido en una difícil encrucijada política para el presidente
Biden.
Pero, en muchos lugares, el incremento en los costos del
combustible ha sido mucho más dramático y la miseria que eso genera es mucho
más crítica.
En Nigeria, los estilistas usan la luz de sus teléfonos
celulares para cortar el cabello porque no pueden encontrar combustible a
precios asequibles para usar los generadores de gasolina. En el Reino Unido,
cuesta 125 dólares llenar el tanque de un automóvil familiar promedio. Hungría
prohíbe a los automovilistas comprar más de 50 litros de gasolina al día en la
mayoría de las estaciones de servicio.
El asombroso aumento en el precio del combustible tiene el
potencial de reconfigurar las relaciones económicas, políticas y sociales en
todo el mundo. Los altos costos de la energía tienen un efecto en cascada
porque impulsan la inflación, obligan a los bancos centrales a aumentar las
tasas de interés, aminoran el crecimiento económico y obstaculizan los
esfuerzos para combatir el grave cambio climático.
Entre todo esto, hay países que se han tomado las medidas
necesarias para frenar esta escalada en los precios de los combustibles como es
República Dominicana, donde el gobierno de Luis Abinader se ha encargado de
cuidar el bolsillo de su gente, 684 millones de pesos han sido invertidos para
mantener el subsidio de la gasolina en nuestro país, alivianando la carga para
todos los dominicanos y su economía.
Un subsidio que hasta el momento ha funcionado para las
familias dominicanas y ha permitido que se mantengan los precios y se sustente
la economía del país.
