Internacional I África
Redacción El Sol
El continente africano ha sido testigo de una serie de golpes de Estado en las últimas décadas, y los países francófonos de África occidental han experimentado una parte significativa de esta inestabilidad política. La historia colonial de Francia en la región ha planteado preguntas sobre si la influencia francesa, o incluso el legado del colonialismo, ha contribuido a esta situación.
Níger, el último país en unirse a la lista de naciones cuyos ejércitos han tomado el control, sigue una serie de excolonias francesas, como Burkina Faso, Guinea, Mali y Chad. Un dato sorprendente es que el 78% de los 27 golpes de Estado en África subsahariana desde 1990 ocurrieron en naciones francófonas. Esto ha llevado a expertos a cuestionar si Francia, en su papel de antigua potencia colonial, desempeña un papel en esta inestabilidad.
Los golpistas a menudo han aprovechado la narrativa antifrancesa para legitimar sus acciones. En Mali, el coronel Abdoulaye Maiga, nombrado primer ministro por la junta militar en 2022, arremetió duramente contra Francia, acusándola de "políticas neocoloniales" y repudio de valores morales universales.
El resentimiento hacia Francia también se ha manifestado en Burkina Faso, donde el gobierno militar revocó un acuerdo que permitía la presencia de tropas francesas en el país. El sentimiento antifrancés ha contribuido a un ambiente de tensión y protestas.
La relación entre Francia y sus excolonias es compleja. Mientras que el dominio colonial francés estableció sistemas políticos represivos para extraer recursos valiosos, lo que distinguió a Francia fue su continuo involucramiento en la política y economía de sus antiguos territorios después de la independencia. Los acuerdos monetarios, como el franco CFA, y la intervención militar para mantener líderes profranceses han alimentado la percepción de influencia continua.
François-Xavier Verschave acuñó el término "Françafrique" para describir esta relación neocolonial, alegando que resultó en la apropiación indebida de grandes sumas de dinero.
Sin embargo, no se puede atribuir toda la inestabilidad solo a Francia. Otras potencias coloniales, como el Reino Unido y Estados Unidos, también respaldaron líderes autoritarios. Además, los factores internos, como la manipulación política y la lucha por el poder, también han impulsado los golpes de Estado.
A pesar de los problemas históricos, no es claro que cortar los lazos con Francia sea una solución directa para la estabilidad. La creciente presencia de actores como el Grupo Wagner, respaldado por Rusia, también plantea preocupaciones sobre el futuro. La lucha por el poder y la influencia continúa, y es probable que las próximas décadas vean a nuevos líderes militares justificando golpes bajo diversas pretensiones.
En resumen, la inestabilidad política en África occidental, particularmente en las naciones francófonas, es el resultado de una combinación de factores históricos, influencias externas y luchas internas por el poder. Si bien la influencia francesa ha desempeñado un papel, no se puede atribuir toda la responsabilidad a un solo factor.