Internacional I Haití
Un reciente informe emitido por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR) ha puesto de manifiesto cómo diferentes bandas en Haití ejercen un control violento sobre Puerto Príncipe y sus alrededores, perpetuando una realidad de violencia diaria que afecta a hombres, mujeres y niños.
El informe identifica a las bandas 400 Mawozo, G9, Kraze Barye, Gang Ravine, Village de Dieu, Krache Dife, Terre Noire, Pierre VI y GPEP como las que dominan gran parte de la periferia haitiana. En contraste, el gobierno y la Policía Nacional de Haití mantienen control sobre el centro de la capital y el aeropuerto.
Un punto de gran relevancia bajo el poder de las bandas es la carretera que une Puerto Príncipe con la frontera dominicana, conocida como Ruta Nacional (RN8), atravesando Croix-des-Bouquets, Fond Parissiene y terminando en el cruce fronterizo de Malpasse.
La pandilla G9 tiene el control de la entrada a la Ruta Nacional 3 (RN3), que conecta Puerto Príncipe con Cap-Haïtien y los puntos fronterizos hacia la región norte de la República Dominicana, incluyendo Elías Piña. Mientras tanto, otras bandas, especialmente GPEP y G9, se disputan el dominio de la zona portuaria.
La violencia ha experimentado un agravamiento durante los primeros tres meses del año según el informe del Alto Comisionado. El número de personas asesinadas, heridas y secuestradas ha aumentado en un 28 % en comparación con el trimestre anterior (octubre-diciembre de 2022). La violencia armada se ha extendido a todas las comunas del área metropolitana de Puerto Príncipe y al departamento de Artibonite.
Durante el período de enero a marzo de 2023, se han documentado 1,634 víctimas de asesinatos, heridas y secuestros. Las cifras más altas de víctimas (asesinadas y heridas) se han registrado en áreas de Puerto Príncipe bajo el control de pandillas, incluyendo Cité Soleil y Delmas, pero también en localidades que anteriormente eran consideradas seguras, como Pétion Ville y Kenscoff. Además, se ha observado un drástico aumento de muertes en varios municipios del departamento de Artibonite, especialmente en las zonas de Gonaïves, Liancourt y Verrettes.
El informe detalla que las pandillas ejercen su control a través de francotiradores apostados en azoteas, quienes disparan indiscriminadamente contra personas en sus actividades cotidianas, y también atacan regularmente las viviendas de las personas. Incluso los estudiantes no están a salvo, siendo víctimas de balas perdidas dentro de sus aulas o en sus hogares.
Las pandillas también realizan ataques puntuales en vecindarios, disparando indiscriminadamente para causar daño, incluso quemando vivas a personas dentro de vehículos de transporte público y ejecutando a aquellos que son percibidos como opositores. Estos ataques a menudo van acompañados de saqueos masivos y quema de casas, lo que ha llevado al desplazamiento de miles de personas.
La situación ha sido tan grave que durante este período, al menos 21 agentes de policía fueron asesinados como resultado de la violencia vinculada a las pandillas, mientras que al menos 238 miembros de las bandas también perdieron la vida en enfrentamientos territoriales (39 %), operaciones policiales (33 %) y linchamientos o ejecuciones dentro de las pandillas (28%).
En respuesta a la crisis en Haití, Kenia ha anunciado su interés en liderar una fuerza multinacional de pacificación, ofreciendo a las Naciones Unidas una fuerza de 1,000 efectivos policiales. Estados Unidos y Bahamas han manifestado su apoyo a la decisión de Kenia, y el Gobierno de Bahamas se ha comprometido a enviar 150 efectivos para formar parte de la fuerza multinacional liderada por Kenia, con el propósito de restablecer la seguridad en el país caribeño. Se espera que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tome una decisión sobre este tema para el 15 de agosto, fecha en la que vence el plazo otorgado al secretario general de la ONU para presentar posibles recomendaciones en ayuda a Haití.
Fuente: Agencias,
