Internacional
Presidente José Raúl Mulino cierra 12 meses con protestas, replanteo de política migratoria y desafíos estructurales.
El 1.º de julio de 2024, José Raúl Mulino asumió la presidencia de Panamá prometiendo foco en la migración, la reforma social y económica, y la defensa de la soberanía sobre el Canal. Al cumplir un año en funciones, se enfrenta a una situación compleja: protestas por reformas al sistema de pensiones, tensiones sociales por eventuales reaperturas de la mina de cobre Cobre Panamá y críticas por alianzas con Estados Unidos frente a China.
En materia migratoria, Mulino impulsó una política de cierre del tapón del Darién y deportaciones financiadas por EE.UU., lo que redujo el cruce de migrantes de más de 520 000 en 2023 a unos 300 000 en 2024, aunque persiste la presión en la selva.
En el plano económico y social, su gobierno afronta críticas por la reforma al sistema de seguridad social —con rechazo de hasta el 82 % de la población— y por la gestión de la mina Cobre Panamá, cierre que implicó pérdida de 5 % del PIB y 30 000 empleos, a pesar de nuevas negociaciones.
Por último, la posición en torno al Canal y acercamientos con EE.UU. generaron molestias ante sectores nacionalistas que recuerdan la invasión de 1989. A pesar de ello, su índice de aprobación sigue alto (76 %) aunque ha bajado desde niveles superiores al 90 % tras su llegada al poder.
Fuente: France 24