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¡Milagro!: Indígenas y militares encuentran a los niños perdidos en la selva de Caquetá

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Internacional I Colombia

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció ayer que fueron encontrados los 4 niños perdidos en la selva de Caquetá "¡Una alegría para todo el país! Aparecieron con vida los 4 niños que estaban perdidos hace 40 días en la selva colombiana", expresó en Twitter  a través de una imagen de la búsqueda de indígenas y militares.

Los niños estaban solos y reciben atención médica, contó Petro a la prensa a su regreso a Bogotá desde Cuba, a donde acudió a firmar un acuerdo de cese al fuego con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional.



 “Esta noche me comunico con ellos, me dirán dónde están los niños y mañana vamos a recogerlos”. Fue en la mañana de este jueves cuando don Rubio, líder de los indígenas de Araracuara, sentenció que la pesadilla estaba a punto de terminar. Lo encontré en su campamento, cerca de la avioneta siniestrada. Había celebrado una primera toma de yajé, que resultó fallida. Pero estaba convencido de que la segunda arrojaría la luz anhelada. Los indígenas pensaban que los duendes, por fin, aceptarían entregar a los pequeños que estuvieron perdidos en la selva más de 40 días.

Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin aparecieron este viernes en un punto muchas veces revisado. Fue el lugar donde la unidad Dragón 4, de las Fuerzas Especiales, encontró el pasado 15 de mayo el primer refugio de los niños, los restos del maracuyá, las tijeras y la moña, a 3 kilómetros del avión siniestrado.


El accidente de la avioneta se dio en la selva del Caquetá.

“Milagro”, gritaron los soldados de la unidad TAP 1 que los encontraron. Esa era la palabra clave que habían acordado en la Operación Esperanza para dar la noticia que impactó y tuvo en vigilia a todoel país tras 40 días después del accidente.

“Los niños están vivos, aguantarán porque están protegidos por el dueño de la Naturaleza y vamos a recuperarlos muy pronto”, me había dicho Manuel, el papá, tan solo 24 horas antes. Descansaba en una hamaca de su campamento, todavía somnoliento, porque había permanecido despierto casi toda la madrugada, aguardando la sentencia del yajé.

“Es un misterio. Nos sorprende a todos. Es una zona que nosotros trillamos, y en esa área no hay cuevas, ni selva espesa, ni nada que no hubiésemos registrado”, me dice sorprendido un soldado. “Estamos felices. Es un signo de esperanza, de vida. Una emoción muy grande para los que pasamos semanas buscando a los niños sin perder nunca la fe”.

El soldado echa la vista atrás y recuerda cuando escuchó unos lamentos. “¡Los niños!”, pensó y corrió henchido de felicidad hacia el lugar de donde procedían. Paseó su mirada por la vegetación, buscando entre la maleza. Hasta que el rastreador de su unidad, nativo del Guaviare, advirtió la confusión. Había oído al “pájaro triste”, que emite sonidos que parecen humanos. Pero se dio cuenta de que la selva estaba llena de ruidos engañosos, de laberintos, de misterios inexplicables.

Su abuelo indígena tenía fe en los espíritus

Los niños pertenecen a la comunidad indígena muinane, cuya creencia considera la existencia de espíritus en ese región de la selva.  En ese sentido, Fidencio Valencia hizo un llamado para que los indígenas de la región ayuden desde la parte tradicional, con el idioma o el conocimiento sobre espíritus.

Una de las cosas que los salvó fue su conocimiento en  las plantas, de bejucos, como el que cortó don Manuel con su machete y brotó un chorro de agua, y respetan sus creencias y tradiciones ancestrales.

El abuelo de los niños Fidencio Valencia, abuelo de los cuatro niños perdidos, expuso que no tiene información adicional a las fuentes oficiales. pero consideró que algo sobrenatural, los estaba dirigiendo.

Según las señales que seguían indígenas y militares parecía  que se estaban desplazando demasiado rápido en la zona selvática donde cayó la aeronave.

“Esa zona donde están los niños tiene misterio”, apostilló el abuelo. “Los niños ya no están guiados por la niña. Tiene que haber alguien que los está guiando. No es indígena, es algo de esa región”, aseguraba el abuelo.

Fidencio Valencia le pidió a los indígenas de la región que hicieran un ritual a los indígenas para encontrarlos.

Fuente: Twitter Petro, Semana, Voz de América

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