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La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció recientemente el primer mapa integral de la Vía Láctea elaborado por su misión Gaia, que incluye datos astrométricos de más de 1 700 millones de estrellas, diez mil veces más que los datos de la misión Hipparcos de los años 90. El mapa, que representa una vista “desde fuera” de nuestra galaxia, revela una barra central más inclinada y múltiples brazos espirales menos pronunciados de lo que se creía.
Tras 11 años de misión y múltiples extensiones, Gaia concluyó oficialmente sus observaciones científicas en enero de 2025, debido a la falta de combustible; sin embargo, quedan por procesar los lanzamientos de datos programados para 2026 y la entrega final DR5. La labor del observatorio ha marcado un antes y un después: recopiló más de tres billones de observaciones durante una década, incluyendo posiciones, movimientos, brillo, composición de estrellas e incluso asteroides y quásars.
Este extenso censo no solo mejora el conocimiento de la estructura y evolución galáctica, sino que también abrió nuevas líneas de investigación, como la astrosismología (estudio de “terremotos estelares”) y trazado del “ADN estelar” —los movimientos radiales, velocidades y metales de las estrellas revelan su origen y migración—. Además, los datos permiten identificar fusiones con galaxias menores, expansión del disco y trayectorias inusuales dentro de nuestro vecindario cósmico.
La precisión obtenida —equivalente a distinguir una moneda desde la Luna— coloca a Gaia como la referencia más avanzada para astrometría estelar y un legado clave para futuras misiones. Pese al fin de los datos en vivo, la ESA confirmó que el archivo continuará siendo analizado y aprovechado en estudios sobre galaxias, exoplanetas, infraestructuras espaciales y relatividad general.
Fuente: RFI Español